Por fin hemos conseguido ver “Chronicle” dirigida por Josh
Trank, y la verdad es que ha creado un producto que le ha abierto puertas
importantes dentro del mundo que rodea a Hollywood.
“Chronicle” nos cuenta una historia de lo más “sencilla”; tres chicos (que bien
podrían ser cualquiera de nosotros), descubren
algo que les cambiará la vida para siempre. Una noche, después de una fiesta, estos
chicos entran en una cueva y saldrán con
dones con los que jamás habrían soñado. Lo que descubren no se especifica del
todo, pero sí lo que les ha hecho. Los tres chicos empiezan a desarrollar una
serie de poderes que se basan en la telequinesia. Y descubren que, cuanto más los
usan, más fuertes se hacen, como si de un músculo se tratase. Una vez
establecida la mecánica de la historia comienza a verse lo que conlleva el
tener demasiado poder. Habrá acciones y estados de ánimo que terminarán
haciendo que las cosas se descontrolen más de la cuenta.
Resumiendo, a esta cinta le viene de perlas la mítica frase
de Spiderman: “Un gran poder conlleva a una gran responsabilidad”
Realmente se trata de una película de “bajo presupuesto”,
digamos que el suficiente (unos 10 millones de dólares), nada de las millonadas
a las que esta acostumbrado Hollywood. Un ejemplo más de que para lograr un
buen film no requiere invertir una montaña de dinero, sólo hacen falta ganas,
un buen guión y, evidentemente, algún que otro buen recurso.
Los actores, en su mayoría, son adolescentes, pero hacen
bien su cometido. Los efectos especiales cumplen con creces lo que con ellos se
quiere mostrar en pantalla. El director nos cuenta una historia que tiene un
alto grado de moraleja (aunque esté expresada dentro del ámbito “superheróico”), y nos hace comprender de dónde nacen tanto
los héroes como los villanos.
El film está rodado modo “cámara en mano”, y hemos de
admitir que este formato no es uno de nuestros preferidos, pero a esta cinta le
da un cierto toque de realidad y más cercanía en lo que se refiere al día a
día, pese a que en ciertos momentos quede demasiado forzado. Nosotros
preferimos el método tradicional de
rodar.
Tanta repercusión ha tenido este film en Hollywood, la
crítica y el público que, como bien os hemos informado en anteriores noticias,
ya se está hablando muy seriamente de una secuela. Y esperamos (aunque lo dudamos) que la rueden
normalmente porque, al final de la película, el modo “mockumentary”, es decir, rodado como un
documental, termina siendo demasiado pesado.
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