Segundo intento de llevar las
aventuras del Juez Dredd al mundo del cine, la primera fue protagonizada por
Sylvester Stallone y dirigida por Danny Cannon en 1995. Estuvo entretenida,
pero pasó sin pena ni gloria por el mundo del cine. Ahora, este reboot del personaje
de la mano de Pete Travis pensamos que le ha sentado francamente bien al
personaje.
Nos encontramos en un futuro
postapocalíptico donde después de una
serie de desastres (entre los que se incluyen grandes guerras), los EEUU se han
convertido en un vertedero radioactivo y lo único que sobrevive son enormes
ciudades que se han fusionado entre ellas para formar las llamadas
“Megaciudades , es ahí donde trascurre la acción, más concretamente en Megacity 1. En estas
grandes metrópolis también se han fusionado los tres poderes: juez, jurado y
verdugo en un solo cuerpo de “policía”. Este cuerpo está formado por los
Jueces, personas que se dedican a poner orden en estas ciudades del futuro. Nos
centramos en la figura del Juez Dredd, el juez más brutal, experimentado e
incorruptible que existe. Dredd, junto con una nueva compañera que posee
habilidades telekinéticas, deberá hacer frente a un caso de una reciente droga
llamada “Slo-Mo” y llevar a su representante ante la justicia, tarea que no les
resultará nada sencilla.
Toda la crítica o, al menos, la
mayor parte está convencida de que por fin vemos al Juez Dredd, y también
pensamos lo mismo: se agradece mucho que Karl Urban (Dredd) no se quite el
casco en todo el metraje, lo mismo ocurre en los cómics de donde bebe el film,
que en ningún momento se le ve el rostro completo a Dredd. Hace mucho tiempo
que no nos leemos un cómic del personaje, por lo que no podemos hacer una comparación a tal efecto, pero lo
que sí hacemos es decir lo que nos ha parecido la cinta. Y la verdad es que nos
ha gustado, desde el primer minuto hasta el último. Dredd hace gala de su
violencia y su fe acérrima en el sistema de Justicia y así ha sido trasladado
por Pete Travis.
Los actores hacen buenos papeles,
quizá alguno peca ligeramente de ser algo plano, pero realmente el casi
protagonista absoluto es Karl Urban y su pose de “Yo soy la Ley”. Los efectos especiales son altamente
correctos, y eso que no nos encontramos ante una cinta que esté plagada de
ellos, tiene los necesarios para retratar una buena película de acción más que
de una de ciencia-ficción. La fotografía, salvo en los primeros minutos de la
película, es más bien “tranquila”, dado que el film prácticamente se desarrolla
dentro de un entorno cerrado. He aquí uno de los puntos flacos del metraje a
nuestro parecer: la acción se desarrolla casi por completo dentro de un
mega-edificio y no tenemos nada de
exteriores, lo cual ha hecho que se compare con el film asiático “The Raid”.
Para terminar y como
resumen, nos encontramos ante un film
que pensamos que hace bastante justicia al personaje. Os dejamos para vuestra comparación al últimamente revitalizado Silvester Stallone y a Karl Urban los dos en el papel de Juez Dredd.
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