Sinister, dirigida por Scott Derrickson y protagonizada por
Ethan Hawke, nos cuenta una historia de miedo con ciertos tintes de Snuff-movie
en su interior.
La
familia Oswalt, cuyo padre es un escritor de renombre en
cuanto libros basados en historias de crímenes reales se refiere, se muda a un
pueblo de los EEUU en donde ha tenido lugar un escabroso asesinato de una
familia entera salvo por la hija menor de la misma, que ha desaparecido. Este
caso ha llamado la atención del Ellison Oswalt, quien no duda ni un segundo en
comprar la casa de la familia fallecida para vivir en ella y así encontrar
inspiración e investigación para la documentación del caso. Cuando la familia
del escritor esta inmersa en las tareas de mudanza, Ellison descubre en el
desván de la casa una caja con viejas cintas en 8mm y un proyector para
reproducirlas. En el momento en que empieza a visionarlas, las cosas empiezan a
cambiar, ya que en ellas están grabados asesinatos de familias, incluida la que
vivía en la casa donde se ha ido a vivir el escritor. Dentro del metraje
encontrado aparece un denominador común: unos símbolos pertenecientes a una
antigua deidad pagana y una extraña y escalofriante figura que parece tener
algo que ver con todo el asunto. El problema viene cuando Ellison empieza a
notar presencias extrañas en la casa a medida que avanzan sus investigaciones.
El film, dirigido por Scott Derrickson, está bien llevado,
pero quizá obtiene demasiado protagonismo las denominadas Snuff-movies donde
está el Kit. de la cuestión. Cierto
es que estas cintas en 8mm vienen a ser el centro de la historia, pero resulta
algo repetitivo al fin y al cabo. Hay momentos francamente buenos y otros
demasiado tópicos, pero para ser honestos es raro encontrarse hoy día algo que no contenga los mencionados
tópicos.
La película prácticamente se desarrolla dentro de la
vivienda recién comprada de la familia, por lo tanto la fotografía es casi
inexistente, no por encontrarnos casi la totalidad del film dentro de la casa,
sino por que un porcentaje elevado del metraje tiene como protagonista la
escasa luz u oscuridad. Los efectos especiales se reducen a buen, aunque ya
visto, maquillaje y poco más. En cuanto a las actuaciones de los protagonistas están
centradas en Ethan Hawke, nuestro Ellison Oswalt (que lleva todo el peso de la
película), que tiene bien resuelto su papel padre, escritor y acumulador de
sustos oficial en la cinta.
Como resumen tenemos un film de miedo, muy al uso, eso si,
pero que cumple lo que promete, además comentar que ha tenido éxito suficiente
para que de momento se empiece a encargar el guión de su secuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario