El director Zack Snyder, en muchas de sus películas, suele
generar sentimientos encontrados en el público, es decir, o bien la película no
les gusta nada, o les encanta. Aunque también existe el término medio en el
cual, en este caso, nos encontramos nosotros.
Estamos ante una revisión o actualización de Superman a
estos nuevos tiempos, cinemáticamente hablando, claro. Todo el equipo creativo
del film ha creado unos “nuevos” cimientos para el Último Hijo de Krypton donde
“la cosa” tiene más miga de lo que puede aparentar en un principio.
El planeta Krypton se ha convertido en una Corte neomedieval,
lo cual no funciona mal, el problema viene porque la imaginería de las cintas
de Donner (“Superman” 1978) funcionaba tan bien, que cuesta hacer borrón y
cuenta nueva. Seguimos, Krypton neomedieval con sus Casas como los grandes
señores feudales y que son regidos con un Alto Consejo de sabios, los cuales no
siempre están en lo acertado. Aquí es donde entra en escena Jor-El, uno de los
mejores científicos del planeta, y donde advierte que Krypton está en fase
terminal por problemas en el núcleo del planeta. Y, como es menester, el Alto
Consejo no hace caso de las advertencias de Jor-El. A todo esto se suma un
golpe de estado perpretado por el General Zod y, sin dar más bola al asunto,
todo termina como sabemos: Zod y sus secuaces son condenados a la Zona Fantasma ; el
hijo de Jor-El y Lara, (Kal-El), es lanzado al espacio con dirección a la
Tierra para salvarse del funesto destino de Krypton, que termina en implosión.
Kal-El aterriza en la Tierra y es acogido por una humilde
familia, los Kent, que le enseña los valores de la rectitud, el honor y el
saber estar, tarea arto complicada tratándose de los orígenes kryptonianos del
niño. Clark, nombre terrícola de Kal-El, debido a su fisiología y al sol de la
Tierra comienza a adquirir poderes especiales, los cuales se van desarrollando
a medida que Clark va haciéndose adulto, y no le resulta tarea fácil. Clark va
deambulando de país en país porque quiere encontrar algo de su origen hasta que
finalmente lo encuentra y termina descubriendo de dónde viene y quién es y
acepta finalmente cuál es su sino en el mundo. Pero no todo es de color de
rosa: al encontrar Clark lo que estaba buscando, desencadena una serie de
acontecimientos que hacen que el Genetal Zod, que ha escapado de la Zona Fantasma ,
encuentre a Kal-El. Por lo tanto Zod llega a la Tierra y quiere hacer que el
descendiente de Jor-El se rinda. El objetivo del general kryptoniano es someter
a Kal-El y terraformar el planeta Tierra en un nuevo Krypton y, como es normal,
Superman no está de acuerdo y ya se monta lo más grande.
La sinopsis realmente tiene más miga de lo que parece. Como
bien hemos dicho anteriormente, los guionistas se han gustado a mostrarnos a un
Superman bastante más alienígena de lo que estamos acostumbrados, lo cual nos
gusta. La infancia de Clark no tuvo que ser fácil, las decisiones que tiene que
tomar nuestro protagonista son arduas y difíciles, lo cual va forjando
lentamente y con duros golpes el carácter de Clark. La historia de la niñez se
nos va mostrando a modo de flashbacks a lo largo de todo el metraje, lo cual
nos parece, en cierto modo, acertado, mediante va avanzando la historia. El tono que
tiene el film es quizá excesivamente serio, algo que no va con el personaje, o
por lo menos no estamos acostumbrados a ello. Aquí es donde esta la mano de
Chris Nolan, han intentado hacer un acercamiento a Superman francamente serio,
se ha escuchado que han intentado arreglar algo que no estaba roto. Los últimos
45 minutos son un no parar de acción pura y dura donde vemos a Superman y a sus
congéneres kryptonianos no cortarse un pelo a la hora de zurrarse y la
destrucción que ello conlleva.
Los efectos especiales son el no va más, con eso lo decimos
todo y nos quedamos tan a gusto, no hay más que decir, bueno, sí, una cosa … el
vuelo de Superman es magnífico y sus otros poderes en igual medida.
El guión y su profundidad nos parecen correctos, aunque los
comentados flashbacks de la infancia de Clark, terminan haciendo que uno no se
termine de meter en la trama principal de la cinta.
Los actores cumplen perfectamente su papel, unos mejor que
otros: Henry Cavill, sólo vamos a decir que parece que ha nacido para ser
Superman. Zod (Michael Shannon) le imprime mucha fuerza a su personaje, siempre
está cabreado, quizá su único punto negativo, y a la vez nos damos cuenta que
Zod no es tan malo como en principio nos lo pintan, Zod, hace lo que hace por
que tiene un propósito en la vida y ha sido engendrado genéticamente para ello.
Lois Lane (Amy Adams) la verdad es que a veces parece un poco forzada. Perry
White (Lawrence Fishbourne) se mantiene pese a sus escasos minutos en el todo
(unos 140 min). En cuanto a los padres de Superman, Russel Crowe como Jor-El
tiene un papel francamente importante que desempeña a las mil maravillas. De
los padres adoptivos de Superman destacamos de sobremanera a Kevin Costner que
ha sabido enseñar a Clark y a nosotros como debe comportarse alguien con las
habilidades de su hijo caído venido del espacio.
Lo que no nos ha gustado es que hemos tenido mucha mitología
que parece que ha sido sacada de la saga “Matrix”, el General Zod (en su
conjunto) nos ha parecido un enemigo a batir, quizá demasiado burro e
importante para la “primera” aventura de Superman” en este reinicio. En ciertos
momentos hemos tenido la sensación que estábamos viendo “Superman II” pero
actualizada a los tiempos que corren hoy en día.
En resumidas cuentas, nos hemos encontrado con una película
complicada, con bipartición casi al 50% de defensores y detractores, nosotros nos
queremos situar en un poco entre los dos. Veredicto: Nos ha gustado pero con
ciertas reservas, hay algo que falla, y ese algo, puede ser, que hay que ver
este reboot del Hombre de Acero haciendo abstracción de lo visto anteriormente
sobre Superman e ir pensando que esta es la primera piedra del mencionado
universo compartido de DC y de Warner Bros.
Últimas puntualizaciones, dos cositas que no perdonamos: que
no haya sonado, aunque sean unas notas, de la clásica partitura de John
Williams; y la otra es que el General Zod, no haya dicho ... “Ven aquí hijo de
Jor-El, arrodíllate ante Zod”.
Y otra cosa, que seguro que tenemos claro, es que Superman
vuelve a volar de nuevo.
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