EL RINCON DE BEOWULF
martes, 30 de noviembre de 2010
POSTER DE "SOY EL NUMERO 4"
Juego de Tronos
Últimamente las series estan desarrollando una calidad tremenda, veáse Walking Dead o esta misma de la que os estamos dando la noticia.
Season of the Witch, más imagenes
COWBOY NINJA VIKING, AL CINE
Los derechos del cómic “Cowboy Ninja Viking”, editado por Image Comics, han sido adquiridos por Disney con vistas a desarrollar un largometraje que contará con guión de Paul Wernick y Rhett Reese, que a su vez producirá la película. El argumento sigue los pasos de un asesino con personalidad múltiple, producto de un experimento de psicoterapia que salió mal y pretendía crear al agente ideal para infiltrarse en las filas enemigas.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Piratas del Caribe: On stranges tides
Primer "detrás de las cámaras" de la 4ª parte de Los Piratas del Caribe, esperemos que sea más parecida a la primera parte que a la tercera.
A nuestro parecer uno de los errores que cometiéron en la primera trilogía, era dividir la historia del Holandés Errante en dos partes, en vez de hacer historias independientes como el primer film.
REVIEWS: Cortos de The Spectre y Jonah Hex
MUY RECOMENDABLES
MUERE EL ACTOR LESLIE NIELSEN
El actor canadiense Leslie Nielsen, conocido por su papel en la saga 'Agárralo como puedas', ha muerto esta noche en Florida, a los 84 años de edad, por complicaciones surgidas de una neumonía que padecía.
Según un comunicado remitido por su agente, John Kelly, el intérprete, conocido por su sempiterno peno canoso y sus desternillantes expresiones faciales, falleció en un hospital local a causa de complicaciones derivadas de una neumonía.
Nacido en Regina (Canadá) el 11 de febrero de 1926, Nielsen ha aparecido en más de 100 películas y cientos de programas de televisión a lo largo de su trayectoria.
Nielsen también es conocido en el género, por su participación en un episodio de “Creepshow (1982)”, “Prom Night, llamadas de Terror (1980)” y en las parodias “Reposeida (1990) y “Stan Helsing (2009)”.
domingo, 28 de noviembre de 2010
LOS GOONIES 25 ANIVERSARIO
Debido al 25Th de esta genial aventura de un grupo de chicos que se hacen llamar “Los Goonies”, el próximo día 30, se pone a la venta un pack aniversario, con material exclusivo; Libro ilustrado conmemorativo con 64 páginas, copia de la revista Empire The Goonies “Where are they Now” y 10 postales con Storyboards. Lo podremos adquirir por solo 9.95 en DVDGO.
LOS RELATOS DE SARA "ES UN ENCANTO"
Silvia despertó primero, como siempre, y miró a Fran, que estaba dormido a su lado. Era guapo, era sexy y hacía todo lo que ella quería. No es que fuera muy listo, pero qué más daba; su mujer, Celia, tampoco era una lumbrera, porque si no, ya hace tiempo que habría intuido que su marido se acostaba con su hermana. La conciencia de Silvia estaba constantemente ausente, nunca le había importado hacer daño a nadie, pero debía reconocer que a veces se sentía mal por enrollarse con el que era su cuñado. Sólo le duraba unos segundos, pero el ramalazo dolía, esa era la prueba de que tenía alma, aunque casi siempre estuviera encerrada bajo llave en algún lugar oculto de su ser; después aparecía Celia, tan estupenda ella, tan guapa, emitiendo luz propia, y se le pasaban los remordimientos... ¡jódete, hermanita!, siempre habían puesto a Celia por delante, siempre salía ganando en todo, “qué bonita es Celia”, “qué buena chica” y el comentario de rigor: “es un encanto”. En cuanto oía eso, le daban ganas de matar. ¿Es que ella no era nadie?; si, Celia era guapísima, rubia , con buena percha, con clase, educada y correcta, nunca levantaba la voz más de lo necesario y caía bien a todo el mundo. Silvia... Silvia tampoco era fea, de hecho, era guapa, pero al lado de Celia siempre salía perdiendo. Era morena, proporcionada, e igual de alta que Celia; aunque tuviera unos kilos más que ella, no le sentaban mal, pero es que Celia tenía estilo y ella... bueno, ella tenía a su marido, pensó riéndose para sus adentros, que es lo que hacía cada vez que su autoestima se empezaba a resquebrajar por la brillante aura de su hermana.
Se vistió intentando no despertar a Fran; no tenía ningunas ganas de hablar con él, ni de ver cómo se ponía pesado insistiendo en que se quedara; de hecho, no quería ni verle, por lo menos, “hasta la próxima”, como él se solía decir con un guiño siempre que se despedían. Pues nada, esta vez que hablara consigo mismo, porque cuando despertara, ella ya no estaría. Bajo a la recepción del hotel y salió lo más discretamente que pudo, después cogió un taxi para irse a casa. En el trayecto recordó ya por enésima vez, como había llegado a aquellos extremos. La primera vez que se acostó con Fran, ni lo había planeado; Celia había organizado una de sus elegantes fiestas y a Silvia, las amigas de su hermana le caían fatal, así que cuando ya llevaba dos horas allí, oyendo hablar de bolsos de Prada, de zapatos de diseño y del jodido botox, se fue sin disimular hacia el exterior de la casa, total, nadie la iba a echar de menos. Antes de cruzar la puerta, pasó por el mueble bar y cogió una botella de whisky, dirigiéndose al garaje, allí no la vería nadie, pero para su sorpresa, Fran estaba allí, con una lata de cerveza en una mano, y cuatro más en el suelo, vacías y abolladas. Su cuñado le sonrió de un modo que a ella no le gustó. Iba a marcharse a otro sitio, cuando le oyó hacer arcadas y vomitar y después se tambaleó a punto de caerse. Silvia corrió a sujetarle instintivamente y él la miró con los ojos vidriosos y como si fuera la primera vez que la veía en la vida. Cuando volvieron del garaje, media hora después, nadie les había echado en falta; ni sabe a dónde fue Fran, ni le importaba, ella se fue a pasear por la calle y a terminarse el whisky... ¿qué la podía ver la poli?, eso era lo que menos le preocupaba ahora; lo que acababa de ocurrir hacía unos minutos era lo que le impidió conciliar el sueño esa noche... se había acostado con Fran... ¡joder, con Fran!, ¡con su cuñado!; a la luz del día vio las cosas de otro modo, incluso pensó en confesarse con Celia y pedirle perdón, no estaba bien lo ocurrido, pero cuando ella fue a visitarla a su piso y entró con sus aires de princesa y echándole en cara el desorden que tenía allí, pensó maliciosamente: “si, pero yo me estoy tirando a tu marido”, y ese pensamiento es el primero que cruzaba por su cabeza siempre que Celia le restregaba su magnificencia, ya fuera conscientemente o no.
después de eso, fue un no parar; durante casi un año, Fran fue para ella más que un amante, una vía para noquear a su hermana, aunque Celia no se enteraba nunca de nada, pero a Silvia, la sensación de estar quitándole algo, de superarla en algún aspecto, le resultaba efímeramente triunfal. Y es que en realidad Fran nunca respetó a Celia; se casó con ella porque era guapa e ingenua y además, gracias a que iba a heredar, no vivirían mal; Fran trabajaba, pero ya se las arreglaría para dejar de hacerlo, con el favor de su mujercita. Celia era tan ingenua, que no se enteraba de nada; seguro que Fran la había engañado con muchas otras, y ella tan feliz. A Silvia le daba igual si su cuñado se acostaba actualmente con otra; lo que contaba es que ella se iba a la cama con un hombre guapo y que encima, era el hombre de su hermana... nuevamente los remordimientos le escocieron un poco, pero los ignoró y desaparecieron así, sin más.
Aquel sábado por la noche, su hermana la invitó a cenar en su casa; Silvia no tenía ningunas ganas de ir, pero como no tenía planes y sí los nervios crispados por su culpa –en realidad esta vez no había motivo, pero su aversión hacia Celia empezaba a ser permanente- , aceptó la invitación. Se arregló, no para Fran, sino para ella misma, le gustaba ir bien y sobre todo si tenía que competir con su hermana del alma; salió a la calle, cogió el coche y se fue hacia la casa de campo, pues era allí dónde Celia la había citado; no era habitual, pero tampoco imposible, podía ser que hubieran decidido ir a pasar allí el fin de semana... mejor para ese cabrón de Fran, la bodega que había en el sótano era enorme, pensó Silvia riendo con sarcasmo; había apostado consigo misma a que todas las botellas y los alambiques terminaban vacíos antes de que finalizara el año. Pues menudo era Fran, dándole al codo. En una hora, más o menos, se presentó allí y se dirigió a la puerta; llamó y Fran le abrió, haciéndole un guiñó y mirándole el escote; ella le dirigió otra mirada furibunda, no tenía ganas de tonterías esa noche, no estaba de humor. Cambió de idea cuando entró al salón y vio a su hermana con aquel vestido negro tan elegante, en realidad, Celia era la elegancia personificada, y le dio tanta rabia, que si por ella fuera habría cogido a Fran y le habría dado a su hermana la sorpresa de su vida.
-Hola querida- dijo Silvia con su acento remilgado.
-Hola –respondió secamente Silvia.
-¿Y ese vestido?, ¿es nuevo?.
-Sabes más que de sobra que es del año pasado; pues menuda eres tú en eso.
-Perdona, mujer, no me he dado cuenta, -respondió dulcemente Celia- como nos vemos tan poco...
“Si”, pensó maliciosamente Silvia, “últimamente veo más a tu maridito”; pero esto no lo dijo, claro, lo pensó. Miró a Fran, que ya empezaba a dar signos de ebriedad, y volvió a pensar como muchas otras veces, que en realidad no le gustaba nada, -excepto por su atractivo físico- y que tarde o temprano, le iba a mandar a freír espárragos. El seguía comiéndosela con los ojos y ella respondiéndole con otra mirada matadora. Al final se sentaron a la mesa y mientras cenaron, hablaron de cosas banales; Celia mencionó su clase de aeróbic, -“qué pesada”-, las últimas compras que había hecho en el centro comercial –“¿y a mí qué me importa?”- y le sugirió a Silvia que se apuntara también al gimnasio, -“¿a que me tiro al imbécil este aquí, y verás la cara que se te queda, pija ególatra?”- y cuando estaban ya con el café, -Fran con un vodka doble- y Silvia lamentaba inmensamente haber ido a cenar; Celia le entregó un sobre, sonriente.
-¿Qué es esto? –preguntó Silvia, recelosa.
-Un regalo –respondió Celia sonriendo triunfalmente.
Al abrirlo y extraer de él aquellas fotos, a Silvia le costó seguir respirando. La mirada de su hermana parecía despedir fuego, ¿y Fran?, pues a Fran le costó entenderlo, estaba tan pasado de copas que casi no se tenía en pie, pero cuando alcanzó a ver esas imágenes en las que él y su cuñada, no jugaban a las cartas, precisamente, se le pasó por completo la borrachera. La discusión que se originó inmediatamente, fue repentina, explosiva y fatal.
-Nena, –decía Fran atropelladamente, a causa del alcohol- nena, te juro que no es lo que piensas...
-Cállate, Fran –dijo Celia fríamente y clavando la mirada en su hermana, que no podía ni levantarse.
-Pero nena –insistió él- es que quiero explicártelo...
-¡Que te calles, he dicho! –respondió ella en tono crispado... ah, pues sabía enfadarse.
-Pero fue ella, nena, te juro que ella fue la que...
Silvia miró indignada a Fran y a punto estaba de levantarse y darle un buen puñetazo cuando aquel estruendo la aturdió; no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que vio a Fran desplomarse en el suelo con la cabeza ensangrentada y a Celia sujetando aún una pequeña pistola que había sacado de no se sabe dónde... después concentró su mirada y su atención en Silvia, como si el cadáver de su marido no estuviera en el suelo... Silvia advirtió que la alfombra no estaba, y aunque aquello parecía una tontería, no lo era; significaba que Celia lo tenía todo planeado, a saber desde cuándo sabía lo que ellos se traían y lo había organizado todo para deshacerse de ellos; el quitar la alfombra tan sólo era por evitar tener que llevarla a lavar, eso podía ser un gran error... además su hermana era tan snob que incluso lo hizo por el aprecio que le tenía a aquel pedazo de tejido que resultaba demasiado caro como para pisarlo. Silvia no pronunció palabra, no sabía qué decir ni cómo decirlo y la prudencia le mantenía la boca cerrada... “la prudencia” –pensó riendo con amargura- “lo más prudente hubiera sido no involucrarse con el marido de su hermana, por mal que ésta le cayera”. Celia se dirigió hacia ella lentamente, con la pistola en la mano, y el brazo descansando sobre su cadera, balanceante. Miró con odio a Silvia, que estaba atónita, jamás había visto a su hermana así.
Horas después, según ya había amanecido, Lidia y Luz, paseaban a sus perros por la calle, y hasta que no estuvieron frente a ella, no la reconocieron. Llevaba unos vaqueros viejos, de los que usaba en la casa de campo para trabajar en el jardín –cuando tenía ganas- y una camiseta negra ceñida; tenía el pelo revuelto y un brillo extraño en la mirada.
-Celia, hija –dijo Lidia mirándola asombrada.
-Mamá... hola... –respondió la joven, recuperando la compostura y mostrando su mejor sonrisa.
-Pero... –titubeó Lidia, la tía Luz se había quedado muda- ... ¿de dónde vienes a estas horas?.
-Ah –rió alegremente Celia improvisando una respuesta- de recoger ropa vieja de la casa de campo, para llevarla al centro de rehabilitación.
-Qué amable eres, hija... –concedió Lidia- ... y dime, ¿la llevas ahí, en esos sacos?.
-Si, -asintió la joven cerrando la puerta del maletero, que se había dejado abierta descuidadamente- eso es.
-¿Quieres que te acompañemos?- dijo nuevamente su madre.
-Ay mami, -respondió dulcemente Celia abrazándola- ¡qué buena eres!, pero no, lo haré yo sola, vosotras seguid con vuestro paseo.
Y besándolas con cariño, fue a subir a su coche, para dar unas vueltas con él, meterlo en el garaje cuando su madre y su tía ya no la vieran y después a darse una ducha relajante; un café caliente sería la ayuda ideal para decidir a dónde iba a llevar a esos dos; cualquier sitio sería mejor que lo que ambos merecían.
-Por cierto, hija –dijo Lidia antes de que Celia se subiera al auto- ¿no habrás visto a tu hermana, verdad?.
-No, mami- dijo Celia con una inocente sonrisa- no te preocupes, estará por ahí con sus amigos, ya sabes que a ella le encanta divertirse.
-Tienes razón –respondió Lidia- anda ve, no te entretengo más. Y dale recuerdos a tu marido.
-Claro, mami, de tu parte.
Y subió al coche; arrancó, y avanzó calle arriba bajo la mirada cálida de su madre y su tía. Esta última dijo, con admiración:
-Ay, Lidia, qué orgullosa has de estar; tienes una hija guapa, fina, elegante, y además, solidaria.
-Si, -respondió Lidia satisfecha y alzando la cabeza- es un encanto.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Dark Shadows
Ghost Rider 2
Precuela de Alien
viernes, 26 de noviembre de 2010
Iron Sky
La historia es muy interesante y da un cierto aire steampunk que llama mucho la atención.
Peter Pan
LO NUEVO DE ROCKSTAR; “L.A NOIRE”
Después de que la compañía nos deleitase con el contenido descargable para “Red Dead Redemption”, la empresa tiene previsto lanzar su nuevo videojuego “L.A. Noire”, y como no podía ser menos, con grandes dosis de violencia.
El juego se centra en Cole Phelps, un detective de policía de Los Ángeles, y situada en 1940, rodeado de corrupción y asesinatos.
Para seguir con su línea, Rockstar, pretende que el juego sea abierto y tenga un mapa de lo más libre.
El juego también cuenta con una de las nuevas tecnologías llamada “Motion Scan”, que permite capturar y digitalizar todos los matices de las caras de los actores, y así poder reproducirlos en el videojuego.
El juego está previsto para la primavera de 2011, tanto para PS3 como Xbox 360.
Os dejamos el tráiler:
THE ZONE, ALIENS DE BAJO PRESUPUESTO PARA EMMERICH.
La nueva propuesta de ciencia ficción estará en la línea de “Monster”, “Skyline” y “Distrito 9”, con alienígenas como gran incentivo argumental. “The Zone” será la nueva propuesta de Roland Emmerich y que se llevará a la gran pantalla con un casting de actores completamente desconocidos e improvisando muchas secuencias. Cinco millones de dólares es el presupuesto fijado para dicha película.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Uncharted : The Darke´s Fortune
LOS RELATOS DE SARA: "ALMAS AFLIGIDAS"
Trató de abrir los ojos, y no pudo. También intentó levantarse, pero no. Quiso impulsarse para ponerse en pie y los brazos no le obedecieron; sentía cómo su cerebro enviaba las órdenes a su cuerpo para que se moviera y éste las ignoraba por completo. Entonces empezó a hablar, llamó a su madre, a su hermana, a su novio, un nombre tras otro sin respuesta alguna. Y lo más espantoso es que todo estaba oscuro, dónde fuera que se encontrara; eso si, sabía que estaba acostada, seguramente en su habitación, o en la de José Luis, su novio, pero no lograba recordar dónde. Volvió a llamar a su madre, que no parecía oírla, pero sabía que estaba cerca porque la oía murmurar, y su hermana Miriam lloraba ni se sabe por qué. José Luis también estaba allí, así que no lograba entender por qué no respondían a sus llamadas; insistió e insistió pero nadie le hacía caso, de manera que terminó gritando, pero nada, como si no estuviera. Después de permanecer cerca de 10 minutos dejándose la voz en un creciente ataque de histeria, se rindió finalmente entre sollozos desesperados; empezó a respirar entrecortadamente hasta que se convenció de que la ignoraban intencionadamente, no sabía qué pasaba pero cuando se aclararan las cosas, José Luís y ella iban a tener más que palabras, en cuanto a su madre, no lo entendía, ¿y su hermana?, ¿por qué lloraba Miriam?
-Hola –escuchó- ¿me oyes?
-¡Si! –vaya, por fin- sí te oigo, José Luis, ¿qué está pasando, cariño?
-Lo siento –respondió la penetrante voz- no soy José Luis. Es tu novio, ¿verdad?
-Si... si, es mi novio –Clara estaba confundida- ¿quién eres?
-A ver, escúchame con calma, porque te va a resultar difícil de entender. Me llamo Sergio, soy el paciente de la cama de al lado.
Clara quedó en silencio. No sabía qué contestar, no sabía en realidad si contestar. ¿Se estaría volviendo loca?, ¿qué quería decir aquello?
-Clara –repitió Sergio- ¿me oyes? Clara, escúchame, esto es real, soy tu compañero de habitación, llegaste hace poco más de 24 horas y hasta que no has empezado a reaccionar interiormente, he tenido que esperar para hablar contigo... ¿Clara?
-Esto es un sueño, –dijo ella conteniendo el llanto-, una pesadilla de la que pronto voy a despertar, y va a ser ya... ya... ¡YA!!!!!!.
-¡Clara, tranquilízate! –insistió Sergio- ¡tienes que escucharme!, estamos en coma, los dos, tú puedes oír a todo el mundo pero ellos a ti no; por eso sé tu nombre y sé porqué estás aquí, los médicos hablan de un accidente de coche, no saben si vas a salir adelante, pero tanto si lo haces, como si no, debes hacerme caso, ahora hay algo mucho más importante que si sobrevivimos o no, ¿de acuerdo?.
-Espera... –dijo Clara pensativa- ahora voy recordando, ¡por eso llora esa hipócrita!. Y José Luis... ¡será cabrón!. Me enteré de que se veían a mis espaldas, ¡mi hermana y mi novio!, ¿cómo han podido?... fue entonces cuando cogí el coche y decidí irme muy lejos, dónde no me encontraran...
-Pues te encontraron, Clara –la interrumpió Sergio- en la carretera, te estrellaste contra unos árboles y te trajeron aquí. Pero olvídate de eso, chica, olvídate del imbécil de tu novio, de la hermana que te ha tocado en suerte, e incluso de la pierna que te han amputado, ¿vale?.
-¡¿CÓMO?!.
-Que no, que es mentira- rió Sergio- no has tenido más lesiones externas, tan sólo la conmoción, que ya es más que suficiente, pero sabía que diciéndote eso lograría que te concentraras enteramente en mí.
-¡Capullo!.
-Lo siento, perdona, he sido un poco borde, pero cuando te cuente lo que hay, el que te hayan puesto los cuernos te va a parecer una minucia.
-De acuerdo, dime. Espero que de verdad sea importante.
-Lo es, Clara, muy importante. Tienes que relajarte, tranquilízate para poder trasladarte a la dimensión en la que yo he conseguido refugiarme, porque esta noche vendrán a por ti también.
-¿Qué? –preguntó Clara aún más confundida- ¿cómo que vendrán a por mí?, ¿quién vendrá a por mí?.
-Demonios.
-Anda ya.
-Demonios, Clara. Nadie lo sabe, pero en este estado nuestros espíritus están emocionalmente débiles, en peligro. Somos lo que suelen llamarse Almas Afligidas. Hay ciertos demonios que lo saben, y acechan en la oscuridad a la espera de cazarnos y arrastrarnos a... bueno, no tengo que explicártelo, ¿verdad?.
-Dios mío... –susurró Clara- estás completamente loco.
-Ay Señor... esto me lo temía. ¡Clara, joder, escucha!; estamos entre la vida y la muerte y nadie puede oírnos, por más que gritemos, van a venir a buscarnos esta noche y debemos defendernos, tienes que hacerme caso, si no, estamos perdidos; relájate Clara, deja tu espíritu fluir con libertad, no tires de él, no lo oprimas, simplemente relájate y todo irá como tiene que ir.
-¿Cuánto tiempo llevas tú en coma, Sergio? –preguntó Clara de nuevo entre sollozos.
-Diecinueve meses. Ahora relájate y déjate llevar.
-¡Diecinueve...!, oh, Dios...
-¡Ya, Clara, cállate ya! –se desespera Sergio- estoy esperándote aquí y si no te tranquilizas no lograrás llegar hasta mí.
Clara trata de centrarse y ordenar sus pensamientos, relajar los nervios y abrir su mente. Respira profundamente, al menos en su interior, ya que en el exterior es un tubo del hospital el que le permite recibir oxígeno... de repente, sin saber cómo, se encuentra en aquel lugar extraño, mágico y etéreo, la dulce brisa nocturna perfuma el cielo cargado de estrellas, todo huele a rosas, el suelo rojizo que pisa se extiende hasta no se sabe dónde y Clara se encuentra cerca de una enorme laguna azulada, de un tono que la razón no admite, un sitio que podría ser cualquier rincón del mundo, pero que contiene demasiados retazos de fantasía como para serlo... como si de una confirmación se tratara, una bandada de pájaros con las alas de plata cruzan frente a ella, sorprendiéndola.
-¡Hola! –dice alegremente Sergio acercándose- por fin me has hecho caso.
-Esto es... precioso.
-Gracias. Lo he hecho yo. Me ha costado meses, pero no he tenido nada mejor qué hacer, ¿qué puedo decirte?. Aquí me escondo de ellos, aquí sobrevivo noche a noche y también aquí he perdido a otras almas que como tú, olían a rosas y lograron llegar hasta mí... si, ¿no lo sabías?, el aroma que hueles no es sino tu alma, tu espíritu volátil que aún puede salvarse, es lo que buscan los demonios, almas que no pueden conseguir por las buenas, así que tratan de emponzoñarlas y llevárselas consigo.
-No lo entiendo.
-Tranquila. No tienes que entenderlo, solo puedo decirte que sé que hice mal. Sé que estoy aquí por mi culpa. Maté a un hombre, ¿sabes?, por dinero, y en justa venganza los suyos casi me matan a mí... hubiera sido lo justo, pero... mejor olvidarlo, sé que si hago esto, mi espíritu podría salvarse, puede que logre también que mi alma huela a rosas...
-Explícame eso de los demonios.
El semblante de Sergio se ensombrece y recuerda noche tras noche en su propia prisión, en aquel lugar de ensueño que él mismo creó para poder seguir adelante, para tener algo hermoso que ver cuando su alma flaquea, porque son ya tantas veces en las que la tentación de dejarse coger es tan grande... pero no. Quién sabe qué pesadilla le espera en las garras de aquellos engendros.
Finalmente y de una gruta cercana en la que entra para pocos minutos volver a salir, extrae dos grandes espadas, armas de fantasía, de esas que sólo en el cine parecen reales y entrega una de ellas a Clara, que la observa con rostro desencajado.
-No hay mucho que explicar. Sólo tienes que arremeter contra ellos con todas tus fuerzas cuando les veas aparecer.
-¿Y cómo sabré que vienen?.
-Te aseguro que lo sabrás.
-¿Y esto lo has hecho muchas veces?.
-Todas las noches. He de defenderme o me arrastrarán con ellos. A veces he tenido la ocasión de intentar proteger a otros... pero también me los han arrebatado de las manos y eso es horrible.
-¿Por qué acabaste en coma?... es decir, ¿cómo...?
-Me dispararon. A la cabeza. No estoy vivo ni muerto, estoy entre dos mundos en los que he podido desarrollar unas aptitudes que me han permitido ocultarme aquí y... ¡escucha!. Ya vienen... ¿los oyes?. Prepárate, Clara.
La joven se pone en guardia completamente rígida, con las manos cerrándose firmemente alrededor de la labrada empuñadura de la espada y alzándola en alto en la misma pose que parece adoptar Sergio, quién parece más tranquilo que ella... entonces los ve llegar: docenas de ellos, con unos rostros terribles y una rabia y un odio que puede percibirse desde la distancia, el hedor que despiden es inhumano... se acercan inexorablemente y a un gesto de Sergio, ambos se enfrentan a aquellos seres infernales que se abalanzan sobre ellos; a Clara le atenaza el pánico pero logra sobreponerse pensando que no lucha sólo por su vida, también por su alma y procurando no apartarse de Sergio, mueve la espada lo más eficazmente que puede, en todas direcciones, y van embatiendo los ataques de los demonios sin descanso. Se da cuenta de que Sergio no la pierde de vista, su gesto de angustia revela el miedo a perder una vez más a otra de las Almas Afligidas y por eso ella, tal vez motivada por el temor de ver sufrir a esa persona durante mucho tiempo más en su prisión interior, se envalentona cada vez más y es entonces cuando ve los rayos en mitad del cielo, ¡una tormenta!... pero la carcajada de Sergio la desvía rápidamente de ese pensamiento y le mira sorprendida... ¿a qué viene esa risa de alegría?.
-¡Clara! –grita Sergio emocionado- ¡tienes que irte!.
-¡Sergio! –grita Clara empezando a sentir las primeras gotas de agua- ¡¡llueve!!.
-¡No, Clara! –Sergio no puede parar de reír- ¡no es una tormenta real!, ¿sabes qué es?... ¡¡estás despertando del coma!!, ¡¡tienes que irte, vamos!!.
-¡No pienso dejarte solo!.
-¡Tienes que hacerlo! –grita Sergio con vehemencia- ¡tienes que despertar!.
-¿Pero y tú? –grita Clara en medio de la lluvia que cae con fuerza, empapándoles- ¡ven conmigo, por favor!.
-¡No puedo!... ¿ves ese vértice que se va abriendo en el cielo, es tu portal, tienes que salir por él y recuperarás tu vida.
-Sergio... ven conmigo.
-No puedo. Ojalá pudiera, pero no es así. Es tu oportunidad, no la mía.
Y cogiendo del brazo a Clara, la impulsa a subir mientras con la otra mano sigue conteniendo las hordas demoníacas, que terminan por echarse sobre él...
... su despertar crea un fuerte sobresalto entre los que la rodean. Clara abre los ojos inopinadamente y se incorpora gritando sobre la cama del hospital, hasta que logra despertar por completo y se encuentra de cara con su familia que la miran anonadados. De repente ve entrar a un grupo de médicos corriendo, a la voz de alarma de una enfermera que les ha puesto sobre aviso, pues el paciente de al lado, tiene una crisis. Llevan todo el instrumental que suelen cargan tras de sí en un carro similar a los de esa serie americana de televisión; sin perder el tiempo, tratan de reanimar al joven, colocándole las palas que lanzan fuertes descargas e impulsan el cuerpo de Sergio hacia arriba, todo parece inútil.
Clara se levanta de su cama a toda velocidad, José Luis se interpone tratando de abrazarla pero ella le aparta de un empujón, pasando junto a la lívida Miriam, que cree que su hermana va a pegarle... nada más lejos de la realidad, de repente a Clara todo le parece tan poca cosa...
-¡Sergio, Sergio, no, no, no!!!!.
-¡Señorita, apártese, tiene que volver a su cama!
-¡Hija, ven!, ¡ven aquí! –dice su madre logrando sujetarla- ¿conoces a ese chico?.
-Sí, -solloza amargamente- le conozco... joder, sí que le conozco.
Al rato lo sacan de allí y Clara sigue llorando hasta que siente ese aroma, el dulce olor a las rosas que como una estela sigue al cuerpo sin vida de Sergio, ahora ya sabe que los demonios no lograron vencerle. Media hora después, se ha quedado sola de nuevo en su cuarto, a petición suya, con la única vigilancia de una enfermera que controla su recuperación. Clara no puede dejar de pensar en su amigo, cuyo espíritu ha logrado salvarlos a ambos, pero... ¿quién cuidará ahora de las Almas Afligidas?.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Rare Exports: A Christmas Tale
Tron: Evolution
Con el inminente estreno de Tron Legacy, de la mano de Propaganda Games nos llega Tron: Evolution. Videojuego que actuará a modo de precuela de la película. Según fuentes, y por lo que hemos podido ver, es como una especie de Prince of Persia pero encuadrado dentro del universo Tron.
The Lone Ranger
MUERE INGRID PITT
La primera dama de la Hammer, Ingrid Pitt, una de las mujeres más sensuales e inolvidables de la historia del cine de terror, murió el martes a causa de una insuficiencia cardiaca en su casa de Londres, a la edad de 73 años.
De origen polaco, se convirtió en un icono del cine de terror, interpretando a la condesa Carmilla Karnstein en varios clásicos de la Hammer, y también a la condesa Elisabeth Bathory.
Sus títulos más conocidos son, “La Condesa Drácula (1971)”, “The Vampire Lovers (1970)”, “La Mansión de los Crímenes (1971)” y “Transmutations (1985)”.
POSTER DE "APOLLO 18"
martes, 23 de noviembre de 2010
Némesis
“ONE THOUSAND A.E”, LO NUEVO DE SHYAMALAN
Un nuevo film de ciencia ficción será la nueva película de M. Night Shyamalan. Tras el relativo éxito de “The Last Airbender”, que recaudó 315 millones de dólares frente a los 150 de presupuesto, el director se adentrará en un film de ciencia ficción unido conjuntamente con Overbrook Entertaiment.
De la película en cuestión tan solo conocemos el título, que parece fácilmente deducible, ya que A.E, todo parece indicar que significa “After Earth” (tras dejar la Tierra), y si sumamos las demás palabras, tendríamos “1000 años después de la Tierra”, título que por cierto no queda nada mal.
Superman
Underworld: New Dawn
Parallax
BUFFY, A LA GRAN PANTALLA DE NUEVO
El personaje que apareció por primera vez en la película de 1992, “Buffy, Cazavampiros”, dirigida por Fran Rubel Kuzui y escrita por Joss Whedon, se convirtió más tarde en la favorita de una serie, protagonizada por Sarah Michelle Gellar.
Ahora nos llegan noticias de la Warner Bros, la cual quiere iniciar un proyecto, para el cual, ya se está escribiendo el guión de la mano de Whit Anderson. Según nos comenta, esperan verla en la gran pantalla en el 2012, e incluso, si todo va como tiene que ir, podría salir en 2011.
lunes, 22 de noviembre de 2010
“UMBRAGE”, CON DOG BRADLEY.
Nuestro “Pinhead” de la saga “Hellraiser”, entra en conflicto con seres sobrenaturales en esta película titulada “Umbrage”, dirigida por Drew Culligham.
Nos contara la historia de Jacob, un comerciante de antigüedades al que le venden un antiguo espejo roto que ha sido robado de una viaja granja. Jacob se desplaza acompañado de su esposa Laura y de su hijastra Rachel, a un pueblo, con el fin de venderlo al mejor postor. Lo que él no sabe, es que el espejo guarda a un maligno espíritu súcubo llamado Lillith.
LA PRIMERA PARTE DE “LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE” RECAUDA 241 MILLONES EN SU PRIMER FIN DE SEMANA.
Harry Potter ha hecho magia con la taquilla. La última película de la saga, 'Harry Potter y las reliquias de la muerte. Primera parte' ha ocupado el número uno en la taquilla mundial con una recaudación de 330,1 millones de dólares (241,5 millones de euros) en todo el mundo durante su primer fin de semana en los cines, según ha anunciado este domingo la productora, Warner Brothers, en un comunicado.
'Las reliquias de la muerte', primera parte de la última entrega de la saga de aventuras del joven mago, ha recaudado 125,1 millones de dólares (91,5 millones de euros) en EEUU y 205 millones de dólares (150 millones de euros) en los otros 54 países donde se ha estrenado.
De este modo, la nueva película supera en un 22% los resultados de la entrega anterior, 'Harry Potter y la orden del Fénix', que en su primer fin de semana en los cines recaudó 102,6 millones de dólares (75 millones de euros). Este ha sido, de hecho, el mejor debut de una película del mago en EEUU.
domingo, 21 de noviembre de 2010
LOS RELATOS DE SARA "AGUA"
Nina y Esther no se atrevían a moverse. Se encontraban sentadas en el suelo de la cocina, junto a una esquina, y Nina apoyaba la espalda contra la pared, mientras con sus brazos rodeaba a Esther, que al menos había dejado de gritar, pero que todavía sollozaba con fuerza. El cyborg seguía destrozándolo todo, arrasando cuánto encontraba a su paso a base de puñetazos, patadas y violentos golpes... la cocina empezaba a parecer más el escenario de un bombardeo, que el lugar en el que a diario se preparaban docenas de platos de alto contenido calórico para los viajantes y camioneros que decidían parar allí a descansar y comer.
No sin esfuerzo, Nina logró dominar sus impulsos de ponerse a gritar con Esther, quién parecía estar regresando al estado de nervios que la dominaba media hora antes. Si se hubiera dejado llevar, ambas habrían llegado a la histeria, y Nina sabía que eso era lo último que les convenía. El robot había matado al cocinero y también a su ayudante. El primero yacía en el suelo y la visión era bastante desagradable; tenía fuera de sí parte de las entrañas que aquel enorme engendro le había sacado con un enorme cuchillo eléctrico, el mismo que había utilizado para degollar al pinche de cocina, quién intentó infructuosamente huir por la parte trasera, a pesar de que no logró dar más de tres pasos, dejando tras él un amplio reguero de sangre. Se desplomó dejando bloqueadas las puertas de vaivén y a Nina no se le pasó por alto que podían ser una posible vía de escape.
El cyborg no las había visto por la sencilla razón de que cuando entró en la cocina, ellas estaban en la despensa, sacando del congelador unas enormes anguilas que iban a poner en la plancha; de regreso intuyeron el desastre, no sabían qué estaba ocurriendo, pero no era nada bueno. A punto de salir desde detrás de las estanterías de las tartas, Nina cogió con tanta fuerza a Esther, que casi le rompe un brazo, tiró de ella para obligarla a retroceder y así evitar que el cyborg advirtiera su presencia. La pobre chica se llevó un buen susto, que se transformó en pánico cuando vio a aquella masa de acero y circuitos arrasándolo todo y que terminó en histeria cuando vio muertos al cocinero y al pinche. Nina no perdió el tiempo. La abrazó con fuerza y se la llevó consigo, sentándose en el suelo de la cocina, lo más alejada posible del robot, que tarde o temprano las vería, puesto que su ataque empezaba a derivar hacia la zona del almacén, dónde ellas se encontraban.
Esther volvía a gritar y cada vez con más fuerza; Nina respiraba agitadamente tratando de centrarse, de poner en orden sus ideas; aquella jovencita estúpida las iba a poner a las dos en un grave problema, así que no se lo pensó dos veces, la sujetó por los brazos, la miró de frente, y cuando menos lo esperaba, le dio una fuerte bofetada que la hizo callar en el acto. Inmediatamente a Esther se le pusieron los ojos en blanco y se desmayó sin más. Nina respiró aliviada, la reclinó despacio hasta que quedó echada en el suelo y con cuidado alcanzó unos trapos de cocina con los que la cubrió lo mejor que pudo; no sabía hasta qué punto esto era útil, pero mejor eso que dejarla a la vista del enloquecido autómata. La policía y sus ideas de mierda, pensó despectivamente; hace cuatro meses en una ciudad del norte, hubo otro robot que hizo una masacre en una comisaría, y eso que aquel era uno de esos modelos nuevos, tan supuestamente perfectos y con aspecto humano; tan sólo sobrevivió una joven policía que no se sabe cómo, logró deshacerse del cyborg. Pues bien, si aquella chica pudo, ella también. Nina no era una entrenada policía veinte añera, más bien una simple camarera que se aproximaba más a los cuarenta que a los treinta, pero era avispada, inteligente y la vida le había dado ya unos cuantos golpes, pese a no ser todavía mayor; así que decidió salir de aquello haciendo uso de su ingenio.
Se arrastró lentamente por el suelo hasta llegar a la gran mesa de la cocina y se situó tras ella, observando aterrada, pero dominando su miedo, cómo el robot estrellaba su puño contra la pared de azulejos, abriendo un gran boquete en ella... daban ganas de echar a correr, pero no. Iba a hacerle frente fuera como fuera y a punto estaba de coger el amasador y liarse a golpes con él, cuando Esther recuperó el conocimiento repentinamente y la llamó desde el rincón en el que se encontraba. Esta vez el cyborg sí la oyó, con tan mala suerte para Nina, que se giró en redondo justo cuando la tenía detrás; el autómata levantó un férreo brazo y a ritmo de un escalofriante rugido la golpeó lanzándola varios metros por el aire; Nina fue a estrellarse contra el arcón congelador, cayendo sobre el. Trató de levantarse como pudo, desecha de dolor, pero el robot llegó antes; la sujetó por el pelo y la bajó del congelador arrastrándola violentamente, después la levantó en alto abrazándola, de modo que durante unos segundos, Nina se encontró frente a frente con el cyborg, a pocos centímetros de sus ojos brillantes y rojizos. Daba miedo. Pero no tuvo mucha ocasión de pensar en ello porque aquel trasto la alzó hasta que casi tocó el techo y después la dejó caer sobre la tabla de cortar carne. Esther gritaba a pleno pulmón, aterrorizada ante tal visión y sin ser capaz de hacer nada útil, ni de levantarse del rincón en el que estaba. Nina recuerda que cuando la oyó, pensó que si conseguía salir de aquella, lo primero que haría sería dar una buena paliza a esa niñata. Pero alejó ese pensamiento rápidamente cuando se percató de que al menos debía llevar un par de costillas rotas, del impacto de su cuerpo contra la tabla de carnicero sobre la que ahora se encontraba. Y su muñeca izquierda comenzaba a hincharse, con lo cual debía llevar otra fractura de consideración. Y tenía suerte, el golpe que el robot le había propinado, no era nada en comparación con lo que se podía haber llevado. Aquel engendro alargó su garras metálicas y de un tirón le rajó la falda, acto seguido de lo que parecían manos surgió un objeto punzante mecánico que a Nina no le gustó nada, así que con todas sus fuerzas, se impulsó con su mano derecha y se tiró al suelo yendo a caer sobre el cuerpo Toni, el cocinero, y empapándose con su sangre, pero a Nina le daba igual, por ella, como si Toni era seropositivo, había logrado zafase de su agresor y eso, para empezar era más que suficiente.
Con gesto de dolor se levantó tratando de ignorar el sufrimiento que le causaban los huesos que tenía rotos y caminó hacia el restaurante, cuyo silencio respondió a que todo el que se encontraba allí había muerto a manos del robot. Nina recordó cuando el autómata y su compañero, un ser humano normal, con su uniforme azul, habían entrado al restaurante para hacer un pequeño descanso; el policía había pedido un café mientras aquel cacharro metálico esperaba en silencio, a su lado. después se habían ido y no sucedió nada fuera de lo normal hasta que el robot regresó no se sabe cómo ni por qué y convirtió la sencilla cafetería en una morgue. Nina salió de sus pensamientos cuando oyó las enormes pisadas que iban tras ella y sin saber muy bien lo que hacía, se fue hacia el mostrador y cogió una botella de cerveza vacía y se la lanzó a su perseguidor, y lo mismo hizo con un descorchador, un servilletero y una cesta para el pan... se sintió ridícula cuando vio como todo aquello rebotaba sobre el metálico armazón del cyborg y caía al suelo sin ningún efecto, pero ¿qué podía hacer ella?, ¿quedarse allí quieta, esperando a que aquella bestia infernal la matara?, no, eso nunca.
Su cerebro iba a mil por hora mientras aquel gigante se acercaba inexorablemente y la impotencia se apoderó de ella cuando vio que las garras metálicas volvían a apresarla y no sabía de qué modo salir de aquello; nuevamente el robot la dejó caer sobre una mesa sujetándola con fuerza y volviendo a extraer aquel punzón metálico que giraba como el torno de un dentista. Nina luchaba con todas sus fuerzas, que eran pocas en comparación con las del robot enloquecido y giró la cabeza tratando de zafarse de la mano biónica que le oprimía el pecho y el cuello; de este modo pudo ver el agua. En la mesa de al lado había una jarra de cristal llena de cubitos de hielo que se iban deshaciendo a un ritmo vertiginoso a causa del calor. Entonces lo vio claro, claro como el agua. Alargó el brazo intentando agarrar el asa, pero no lograba alcanzarla... estiró el brazo desesperada y sintió un dolor agudo en la espalda, las costillas empezaban a acusar el dolor de las fracturas... alargó el brazo un poco más... no era suficiente... un poco más... empezaban a fallarle las fuerzas y la asfixia la llevaba hasta el desmayo, y cuando pensó que todo estaba perdido, sus dedos rodearon el asa de la jarra de agua, y levantándola, la estrelló todo lo fuerte que pudo contra el armazón de acero del robot, que al estar dañado permitió pasar al agua a su interior, y provocando un fuerte cortocircuito en el anticuado sistema del cyborg, no en vano era de los primeros modelos y su interior era mucho más endeble.
Saltaron chispas y algunas de ellas salpicaron en su piel, provocándole leves quemaduras que tampoco notó hasta pasadas las horas; podrían haberle operado a corazón abierto en ese momento, y no se habría enterado de nada. El robot soltó un profundo y escalofriante rugido, y se tambaleó hacia atrás, desplomándose contra el suelo y empezando a despedir un fuerte olor a circuitos quemados; pataleó y braceó con fuerza tratando de remontar, pero no pudo y sus inhumanos ojos parecían mirar a Nina con rabia, quien una vez recuperado el valor y la compostura, cojeó hasta otra mesa y asiendo una nueva jarra de agua, se fue hacia el lugar dónde el cyborg yacía agonizante como si de un ser humano se tratara, y levantándola en alto, la estrelló con rabia contra el monstruo, y así con otra jarra, y otra más, y todas las que había en el comedor; le llevó un buen rato a causa de su incapacidad, pero lo consiguió.
Y cuando terminó, se fue hacia la nevera y sacó una cerveza que se bebió de un sólo trago... ¿agua?, no gracias, el agua para las máquinas.