Su nombre aparece en pantalla y ya suenan los aplausos. Porque Eli
Roth es uno de los directores preferidos del público del Festival de Cine
Fantástico de Sitges. Su amor incondicional al gore (con ese ‘Hostel’ producido
por su colega Quentin Tarantino que marcó un modo de hacer en el cine de
género) le convierte en uno de los imprescindibles del horror. Hace 10 años,
Eli Roth pisó por primera vez Sitges para presentar ‘Cabin Fever’. Y ahora ya
está “back at home”, proclamaba esta mañana, feliz y sonriente.
Si hace apenas unas semanas inauguraba en el Strip de Las Vegas el
Goretorium, una atracción terrorífica, un pasaje del terror cinematográfico en
el que se puede ver atrezzo de sus films e incluso su propia cabeza decapitada,
ahora llega a España con ‘Aftershock’, una película sobre el terremoto de
Chile, escrita junto al director Nicolás López (otro cineasta de la troupe
gore). Eli Roth escribe, actúa (interpreta a un gringo de vacaciones) y produce
un violento film en el que el terror no viene dado por las catástrofes causadas
por el brutal terremoto, sino por la crueldad humana. Tras el terremoto del 17
de febrero de 2010, la bella Valparaíso se convierte en una ciudad sin ley,
tomada por asesinos y saqueadores. Robos, pillaje, violaciones, amputaciones,
asesinatos sin escrúpulos, enfrentamientos con bandas callejeras… Lo que
empieza como unas vacaciones de ensueño, con fiestas locas y mucho alcohol, se
convierte en una pesadilla en la que casi todos acaban muertos.
“No queríamos hacer otro ‘2012’, sino una habitación dentro de
‘2012’, que es muy general. Queríamos hablar de lo que les pasa a los
personajes. En las películas de terror aparece uno en el primer minuto y dice
‘Hola soy Mike’, pero en el minuto tres ya está muerto y nunca sabes quién era
Mike”, ironiza Nicolás López, que “fue el primero en ver ‘Hostel’ cuando estaba
en fase de montaje”, recuerda Eli Roth. “No hay ninguna diferencia entre el
cine de autor y el de género, básicamente las películas de autor son más
aburridas que las otras”, lanza Nicolás López.
Y en ‘Aftershock’ no hay tiempo para el aburrimiento. Es un film
violento, de esos en que los gorefans aplauden según que muertes, sobre todo
las que se producen con hacha. Y aunque se han usado litros y litros de sangre,
Eli Roth parece haberse moderado. “He hecho otras películas mucho con muertes
mucho más violentas”, reconoce Roth.
Fuente: ElMundo.es
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