EL RINCON DE BEOWULF
viernes, 31 de diciembre de 2010
" RENT A GHOST", SE ALQUILAN FANTASMAS
“Rent a Ghost” es la adaptación al cine de la serie del mismo nombre que destacó en la tv entre 1976 y 1984.
Ahora cuenta con Russell Brand como protagonista y productor ejecutivo, posiblemente interpretando el papel de Fred Mumford, el encargado de una agencia de fantasmas y otras criaturas tenebrosas, papel que interpretó en la serie original Anthony Jackson.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Behind the Walls
X-Men: First Class
"INSIDIOUS" DE JAMES WAN
Parece que ya tenemos fecha de lanzamiento para la próxima película de James Wan, “Insidious”, parece ser que será en abril del próximo año 2011.
La película está protagonizada por Rose Byrne (28 semanas después) y Patrick Wilson (Watchmen). El argumento gira en torno a unos padres que adquieren una antigua casa y una vez allí, uno de sus hijos sufre un accidente y cae en un estado de coma. Pero la tragedia no termina ahí, también sufren el acoso de unos espíritus vengativos que habitan en la casa.
Os dejamos una fotillo para que vayáis abriendo boca.
martes, 28 de diciembre de 2010
RAVEN, LA SERIE QUE SUSTITUIRA A SMALVILLE
Como ya os adelantamos, Raven , el personaje femenino oscuro y con un pasado perturbador, parece ser la candidata a sustituir a “Smalville”, que cada vez parece más seguro que llegue a su fin, y la cadena CW le busca sustituta para el próximo año. Todo apunta a “Raven”, como la candidata perfecta.
Diego Gutiérrez (Buffy), es el encargado de escribir y dirigir el piloto.
Red Sonja y Thulsa Doom
Scream of the Banshee
The Last Lovecraft: The Relic of Cthulhu
Falling skies
Parece que no tiene mala pinta, por lo menos la manofactura se ve con calidad.
LOS RELATOS DE SARA: "¡A CORRER!"
El gesto de Madison Crane se contrajo de miedo y aprensión. La cobra que tenía frente a ella la observaba desde una distancia de poco más de un metro, aproximadamente. Si fuera por ella, se hubiera levantado de un salto y ahora mismo estaría corriendo camino de su casa de Londres. Charlie estaba entre ambas con la mano alzada, sosteniendo un enorme machete que esperaba dejar caer en el momento oportuno. El sudor le corría por todo el cuerpo y la sola idea de que la cobra mordiera a Madison se le hacía aterradora. Se pasaba el día riéndose de ella, pero ahora no recordaba ni una sola de las pullas que le solía dirigir de modo constante, aquella serpiente podía matar a aquella reportera pelirroja que tantos quebraderos de cabeza le daba, pero que también empezaba a caerle bien. La cobra miraba fijamente a Madison, estaba plenamente concentrada en su potencial presa y no parecía ver el gesto amenazador que Charlie hacía con el machete, lo cual no significaba nada bueno, él sabía perfectamente que aquellos animales eran tan mortíferos como rápidos y por eso ni Madison debía intentar huir, ni él errar el golpe; el objetivo era matar a la cobra antes de que ella atacara Madison, quién ya empezaba a darse por muerta.
-¡Charlie, por favor! –susurraba la joven aterrorizada sin mover un solo músculo- ¡por favor, por favor!
-Ssssttt... calla, joder... –respondía a su vez Charlie susurrando también- ... no hables siquiera.
La cobra seguía inmóvil, y así parecía que iba a quedarse cuando saltó sobre Madison repentinamente, describiendo un arco en el aire que fue atajado de un hábil golpe por el machete de Charlie, y cayó al suelo partida en dos, con la cola aún moviéndose y la cabeza rodando y mostrando aquellos agudos colmillos; por fin Madison empezó a correr dando gritos, su loca huída fue frenada por los brazos de Sabal, aquel enorme nativo que les acompañaba y que riendo a grandes carcajadas, evitó que se adentrara en la selva en la que seguro había no una cobra, sino un batallón entero de ellas.
-¡Déjame Sabal, me voy, me voy de aquí! –gritaba Madison.
-¿Qué se va usted?, jajaja, ¿a dónde va a ir sola? –respondía Sabal entre grandes carcajadas.
-Me marcho. ¡Ya no aguanto más!, ¡nunca debí aceptar este trabajo y me marcho ahora mismo!
-¡Suéltala, Sabal!, –intervino Charlie sonriendo con calma y secándose el sudor de la frente- que quiere irse, pues nada, que se vaya, aquí no retenemos a nadie.
Madison dejó de forcejear y se giró hacia Charlie, tratando de ocultar su vergüenza con aparente indignación; aquel hombre, por guapo que fuera, le crispaba los nervios y se encaminó hacia él con decisión, de buena gana le hubiera dado una bofetada, pero no sería muy propio, teniendo en cuenta que le acababa de salvar la vida.
-Charlie, joder, puede que para ti esto sea muy normal, -le dijo apretando los dientes y tratando de conservar la calma- pero para mi es un calvario, ¡que casi me muerde esa jodida serpiente!, y tú tan tranquilo, coño; ¡yo con un susto que no puedo y tú y este tío muertos de risa!
-¿Pero qué quieres, Madison?; si es que una vez resuelto el problema ha sido de lo más cómico verte saltar como una de esas ranas que pueblan el río, jajaja, no te enfades, mujer...
-¡Silencio!, –exclamó Sabal repentinamente, interrumpiendo la broma- ¿no oyen ustedes?
Madison y Charlie aguzaron el oído y si, de lejos parecía llegar un murmullo que no auguraba nada bueno; era increíble ver con qué facilidad Sabal era capaz de escuchar lo imperceptible, que aún estando lejos, había oído en medio de la ruidosa discusión. Charlie se echó la mano al cinto como si quisiera asegurarse de que el hallazgo continuaba ahí, y en efecto, así era; la gema seguía en el interior de aquella pequeña bolsa de lona que llevaba atada en su grueso cinturón, y ahí tenía que estar. Tras comprobarlo, agarró con fuerza el brazo de Madison y a un gesto de Sabal, se ocultaron tras unos enormes árboles cargados de maleza y plantas que se enredaban a su alrededor, allí era difícil verles, lo malo era que no les había dado tiempo a retirar las tiendas, eso y los restos de una fogata delataban su presencia, o cuando menos, su estancia allí, así que habría que pensar en algo para eludir a sus perseguidores.
-¡A correr! –exclamó Charlie haciendo lo propio a toda velocidad.
-¿Qué pasa?, ¿a qué viene esto? –exclamó Madison indignada.
-Cállese, señorita Crane, o tendremos problemas.
-¡A mi no me mandes callar o...! –empezó a gritar Madison sin poder acabar de hacerlo.
-Madison, si no cierras el pico voy yo mismo a buscar una cobra para que te haga compañía. –susurró furioso Charlie, tapándole la boca con una mano- ¿es que no ves que esos tíos nos andan persiguiendo?
La joven abrió mucho los ojos, en gesto de horror, y Charlie apartó la mano de sus labios dándose cuenta de que no volvería a gritar. De hecho, pareció quedarse completamente muda; no lograba entender qué sucedía y por qué los seguían; es más, no aceptaba el hecho de que Charlie y Sabal supieran que llevaban a alguien tras ellos y no le hubieran dicho nada. Ella era una periodista de ciudad, no debería estar allí, ¿qué hacía en aquel estercolero con aquellos dos locos?; salvar su carrera y su puesto de trabajo, o al menos eso suponía. Después de los últimos dos artículos que escribió y que su jefe calificó de “basura”, estuvo a punto de ser despedida, pero finalmente no fue así, sino que la enviaron a cubrir la ruta de aquel Indiana Jones de tres al cuarto al que el museo británico había encargado la recuperación de una piedra preciosa. La gema había sido robada del museo y aunque al principio su desaparición fue un misterio, finalmente se llegó a la conclusión de que los nativos de aquella menospreciada tribu de Africa del Sur habían logrado llevársela a saber cómo; Charlie tenía la misión de recuperarla y es lo que había hecho hacía menos de 48 horas. Madison esperó en el campamento acompañado de Sabal mientras aquel aventurero atractivo y carente de clase se había aproximado al poblado. Horas después, bien entrada la noche, volvía con la piedra en su poder, y lo más curioso fue esa obsesión por recoger el campamento a las cuatro de la madrugada y emprender el viaje de vuelta... ¿es que no podía esperar al día siguiente?, ya logrado su objetivo y con el sueño que ella tenía... pero claro, qué ilusa era, ahora lo entendía todo, Charlie se había llevado la gema por las bravas y ahora que los habitantes de aquella tribu se habían percatado de ello, corrían a recuperar su preciado tesoro, armados hasta los dientes y dispuestos a acabar con sus vidas en el empeño si era necesario. En ese momento, el incidente de la cobra le pareció ridículo en comparación con lo que podía sucederles si aquellos salvajes daban con ellos.
Madison pensó que si los nativos no mataban a Charlie, lo haría ella misma. Pero claro, si acababan con Charlie significaba que a ella la habrían matado primero, así que, ¿para qué cegarse en un odio que tal vez no tuviera objeto sentir? Y Sabal parecía tan tranquilo, aunque nada más lejos de la realidad, aquel enorme gigante de ébano tan sólo trataba de mantener la calma y el silencio en pos de no ser descubierto; Charlie y Sabal se miraron mutuamente y el primero asintió con la cabeza como si leyera los pensamientos del segundo, a Madison le daba mucha rabia esa especie de conexión mental que había entre ambos y a punto estuvo de dar un grito de rabia olvidando torpemente la situación en la que se encontraban cuando Sabal se arrastró por la hierba y de entre unos matorrales, tiró de una cuerda que apareció entre la maleza, y en el mismo momento en que los nativos hacían acto de presencia en su campo de visión, una gran red salida de quién sabe dónde, cayó sobre ellos atrapando al menos a media docena; Charlie se levantó entonces descubriendo su posición y alzó la mano en la que llevaba el machete, pensando en correr hacia sus perseguidores y a ser posible, tan sólo amedrentarlos, pero éstos no se echaron atrás e incluso uno de ellos enarboló una enorme lanza que levantó en alto con la clara intención de clavarla en el cuerpo de Charlie, que reaccionó deprisa y sacando la pistola, le acertó entre ceja y ceja de un solo disparo, dirigiéndose a continuación hacia los que le seguían y haciendo lo propio con ellos. No hubiera querido matar a nadie, pero estaba claro que era una de esas ocasiones en las que es imposible evitarlo. Los furibundos nativos cargaron contra ellos con mucha más rabia y Charlie, tratando de ganar tiempo, se giró hacia sus compañeros gritándoles aquella frase tan típica de él y que repetía con rotundidad cuando se veían en apuros: ¡A correr!
Madison pensó cuántas veces en su vida habría repetido Charlie aquellas palabras, puede que hasta saltando por la ventana de la casa de algún marido ultrajado, daba el tipo de donjuán atolondrado y trasnochado que va por ahí haciendo lo que le da la gana; en estos pensamientos estaba mientras corría, cuando empezó a gritar ya a pleno pulmón al percibir que dos de los nativos se abalanzaban sobre ella armados con enormes cuchillos de estilo muy rudimentario, estaba más que claro que sus intenciones no eran amistosas y la hubieran matado si no llega a ser por Sabal, que la levantó en alto y la apartó del radio de acción de aquellos dos salvajes; uno de ellos logró alcanzar a aquel gigante con una de sus armas, haciéndole un corte en un brazo que no fue demasiado profundo, pero del que empezó a manar sangre sin parar; Sabal se giró y de un solo movimiento de su brazo, dio un fuerte puñetazo a su atacante mientras que con la otra mano golpeaba con fuerza en la cabeza al otro. Después buscó a Charlie con la mirada y le vio rodeado de tres de aquellos salvajes, que eran los que quedaban en pie y estaban a punto de acabar con el investigador aventurero, se le habían acabado las balas y la intervención de Sabal le vino caída del cielo, de modo que en cuestión de minutos los tres últimos atacantes fueron despachados.
La calma volvía a reinar en medio de aquel claro selvático y tan sólo se oían los trinos de aquellos pájaros tropicales y el llanto de Madison que no cesaba. Empezó a pensar que su jefe quería librarse de ella de veras, ¿y si no salía de allí con vida?, ¿y si moría en medio del corazón de la selva, lejos de su familia, lejos de su amado Londres? Charlie pareció leer sus pensamientos y se acercó a ella mostrándole un amistoso gesto que en un principio ella aceptó gustosa, aún presa del miedo, pero que pocos segundos después rechazó apartándose de él y echándole en cara injustamente el haberla puesto en peligro. Charlie escuchó sus reproches en silencio, peor no por no tener argumentos para responderle, sino porque aún le faltaba el aliento y no tenía apenas fuerzas para discutir con la guapa pero insufrible periodista. Sabal fue quién interrumpió el discurso poniendo paz de nuevo en aquel momento y recordándoles que debían recoger sus cosas y reanudar su regreso.
Recorrieron docenas de kilómetros alternando el paso ligero con lentas caminatas y deteniéndose lo menos posible para comer y descansar, aún a sabiendas de que sus perseguidores ya no andaban tras sus pasos, pero es que aunque ninguno de ellos lo reconociera, no sólo era Madison quién deseaba regresar por fin a la civilización; los ánimos se calmaron y hasta mantuvieron charlas de tono relajado y cordial, Charlie se aseguró de que la preciada gema y por cuyo rescate le pagarían una buena suma, seguía en su lugar, Madison soñó con su nueva reputación como periodista seria al recuperar la confianza de su jefe con un excelente artículo cargado de buenas fotos, y Sabal sólo quería llegar a Londres, y de allí, coger el tren hacia su pueblo en el que su esposa y sus hijos le esperaban ansiosos; su trabajo era su vida, y era un excelente guía e intérprete, pero su familia era lo más importante.
Durante tres días y tres noches avanzaron sin descanso, pero afortunadamente, sin más incidentes desagradables hasta que llegaron a la orilla del río; Madison afirmó categóricamente no estar dispuesta a vadearlo por muy poco profundas que fueran sus aguas, y Charlie y ella estaban a punto de enzarzarse en una nueva y acalorada discusión ante la paciente mirada de Sabal, cuando un fuerte rugido a sus espaldas les hizo girarse y un enorme tigre que permanecía sobre una roca, les miró con cara de tener un hambre voraz y una facilidad pasmosa para devorar todo cuánto se le ponía por delante.
Los tres aventureros se miraron entre sí, y casi sin ponerse de acuerdo, hicieron lo mismo que Charlie, quién palpando la bolsa de lona y sujetándola bien para evitar perderla, -eso jamás-, se adentró como alma que lleva el diablo aguas adentro gritando: ¡A correr!
domingo, 26 de diciembre de 2010
Battlestar Galactica : Blood and Chrome
Los Vengadores
Marvel Vs Capcom 3
Los Tres Mosqueteros
sábado, 25 de diciembre de 2010
CLASICOS PASADOS AL TERROR
Con el título de “Classics Mutilated” se nos presenta una combinación de clásicos pero en versión de terror y ciencia ficción, con historias como la del capitán Ahab en una batalla a muerte contra una criatura “Wendigo” o al mismísimo Huckleberry Finn perseguido con un monstruo lovecraftiano.
Así se nos presenta este nuevo libro, editado por Jeff Conner y en el que nos muestran 13 historias originales y muy entretenidas.
Regreso al Futuro : El juego
Poster minimalista: Regreso al futuro
viernes, 24 de diciembre de 2010
Una de breves
Caballeros del Zodiaco
jueves, 23 de diciembre de 2010
Sanctum
Nuevo cartel de "Santuario", lo nuevo de James "el Rey del Mundo" Cameron tras Avatar.
LOS RELATOS DE SARA: "¿A TIEMPO DE QUÉ?"
Trató de levantarse, pero no pudo. Cada vez que se incorporaba, un dolor agudo atravesaba su pelvis y su interior sentía el empujón incesante de la cabeza del niño.
Dios... en buena hora se habría acostado con ese cabrón si llega a saber qué es lo que ocurre meses después... claro, que la culpa la tenía ella por haber bebido tanto, por haberse fiado de tanta palabrería dulce y por no haberse puesto en su sitio: O te pones un condón o no follamos.
Pero con él eso no valía, ella no se hubiera atrevido a planteárselo y ahora eso no importaba nada; ¿qué más daba lo que
debió hacer hace siete meses cuando ahora se doblaba de dolor ante la inminente llegada del niño?. Y no debía de ser así, no debía nacer tan pronto, aún faltaban dos meses, pero el salvaje puñetazo que le había dado Juan Luís cuando ella le sirvió la sopa, alegando que estaba fría, la hizo trastabillar hasta que se estrelló contra el fregadero. Aquel golpe en la cadera que se dio con el borde de mármol de la encimera le causaría un fuerte moretón que seguramente no se vería hasta el día siguiente, no como el niño, al que el golpe recibido no debió gustarle nada, en vista de las prisas que tenía por salir.
Verónica giró los brazos hacia atrás y posó las manos en la pared sobre la cual apoyaba su espalda, y haciendo acopio de todas sus fuerzas intentó levantarse una vez más; debía llegar a un hospital cuanto antes, siempre había visto lo fácilmente que daban a luz las parturientas prematuras en las películas, incluso recordaba un telefilm en el que la pobre desgraciada en cuestión tenía un bebé precioso dentro de un taxi, un bebé que salía limpio y sin rastros de acabar de cruzar un útero y una vagina arrastrando con él los loquios y sangre que en su interior había, y sin que nadie mencionara un cordón umbilical cuyo corte era de vital importancia al nacer. Algo le decía a Verónica que su parto no iba a ser tan fácil como el falso alumbramiento de aquella actriz de segunda que ni siquiera tenía la delicadeza de sudar, y que cuando abrazó a “su bebé” sonriendo, lucía un maquillaje perfecto en el rostro, vamos, que ni se le había corrido el rimmel llorando.
Casi había logrado ponerse en pie luchando con aquel dolor que parecía perforarle la matriz, cuando una mano se aferró a su tobillo, tirándola al suelo una vez más y provocando un grito de angustia y miedo que dejó escapar con rabia e impotencia al ver que su marido, aquel que estaba en el suelo y que muy inoportunamente había recuperado el sentido, trataba de impedir que se alejara de su lado. De hecho, llevaba meses tratando de impedir que ella se fuera definitivamente. La única noche que Verónica evoca con tranquilidad es aquella en la que el alcohol la sumió en un profundo y extraño sopor ayudándola a soportar a Juan Luis, cerrando los ojos y abriendo las piernas, pero cualquier resto de calma se borra al recordar que a causa de lo ocurrido en aquella frenética velada, ahora estaba a punto de tener al hijo de una bestia salvaje, un ser desalmado al cual no sólo no le importaba dañarla a ella, sino también al niño que de modo cruel llegaba a este mundo.
Verónica intentó con las pocas fuerzas que le quedaban zafarse de aquella mano de hierro que le oprimía el tobillo; Juan Luis levantó la cabeza, su cara, que hasta hacía pocos segundos estaba contra el suelo, era ahora todo un espectáculo de cortes, licor y sangre resbalando por sus atractivas facciones y es que Verónica, cuando cayó sobre el fregadero y viendo que su media naranja se dirigía hacia ella tratando de seguir demostrándole su amor, cogió la botella de vino que había sobre el mármol de la cocina y la estrelló contra la cabeza de aquel monstruo.
Cinco minutos. Tan sólo cinco minutos de ¿calma y respiro?, y aquel animal ya atacaba de nuevo como siempre lo había hecho; intentó atraerla hacia él y ella arrastrarse en sentido opuesto, ambos resbalando en la sangre y las aguas que Verónica había empezado a perder, mientras aquel inocente quería asomarse a la vida. Finalmente de una dolorosa patada –tanto para ella como para él- pudo apartarse y retroceder hacia la otra pared, ponerse en pie y apoyarse en la mesa de madera que había junto al friegaplatos. Juan Luis también logró incorporarse y avanzó hacia ella con rabia infinita. Verónica quiso gritar pero todo intento se quedó ahogado por aquella mano que ahora oprimía su cuello con fuerza, con la misma fuerza con la que el pequeño empujaba en su intento de salir de su pequeño y cálido encierro.
-Te voy a matar, puta. Te voy a matar a ti y a ese pequeño bastardo en cuanto haya salido. Maldita zorra, no sabes hacer nada bien, ni tan siquiera preparas una sopa bien hecha, ni tan siquiera se puede echar un polvo contigo sin que te quedes preñada, eres una jodida inútil y siempre lo has sido, pero esto se va a acabar ahora mismo porque te voy a...
Juan Luis no termina la frase pese a que su boca y sus ojos se abren desorbitadamente. Verónica rompe el silencio gritando, porque mientras ella hunde el cuchillo de cocina que ha logrado alcanzar en el estómago de su adorado tormento, aquel pequeño inicio de vida empieza a asomar la cabeza hacia el mundo exterior, tomando aire y soltando un agudo chillido que parece querer corear el de su progenitora. Y una vez más, los fluidos de Juan Luis y Verónica vuelven a intercambiarse en un acto que irónicamente se asemeja al de hace unos meses; placer y dolor en un solo hecho, Verónica siente por primera vez el dolor de un parto al tiempo que una leve satisfacción empieza a crecer en su alma, tan espantoso lo que está haciendo pero a la vez tan segura de que sus problemas han empezado por fin a desaparecer.
Ambos terminan por desplomarse en el suelo y ella aparta de un empujón a aquel que interfiere en la llegada de una nueva vida, el cuerpo del niño sale hacia fuera con un último esfuerzo, y éste si, éste sí viene cubierto de sangre y vísceras que aún así no logran quitarle el encanto. Y como en las películas suele suceder también, la puerta de entrada se abre, más bien se rompe por la acción de dos policías que entran a toda velocidad, alertados por los vecinos que hartos de gritos, insultos y golpes huecos que atraviesan los muros de las viviendas, han decidido vencer su indiferencia y su cobardía. Los dos hombres vestidos de azul se quedan clavados ante la puerta mirando aquel fatal espectáculo.
-¿Llegamos a tiempo?. –pregunta uno de ellos mientras tratan de recobrar el aliento.
Y Verónica, oprimiendo contra sí a aquel pequeño pedazo de ella, mira el cuerpo de su verdugo y mientras tiembla ante el esfuerzo pasado, responde con voz firme y altiva: ¿A tiempo de qué?.
Riddick
Dungeons & Dragons: Daggerdale.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
IMÁGENES DE “DEATH RACE 2” (LA CARRERA DE LA MUERTE 2)
Imágenes de la segunda parte de “Death Race”, interpretada por Danny Trejo, y que saldrá directamente a la venta en DVD, la fecha puede ser a finales de Enero de 2011.
El argumento tiene lugar en un futuro próximo, en el que la economía de los Estados Unidos comienza a tambalearse y la delincuencia aumenta sin control. Para detener esta ola de violencia, surgen las prisiones privadas, creando así, una subcultura sin ley, gobernada por pandillas y psicópatas.
Capitán Trueno
Trailer de Black Death
Drive Angry 3D
martes, 21 de diciembre de 2010
LA "LEY SINDE" HA SIDO RECHAZADA
Día de infarto en el Congreso de los Diputados a causa del debate a las enmiendas de la Ley de Economía Sostenible. Al final, con nueve horas de retraso y 'in extremis' entre el PSOE y sobre todo CiU, no se ha podido salvar la polémica parte de la LES cocida como 'Ley Sinde' que prevé el cierre de sitos web que faciliten las descargas no autorizadas.
Ahora el texto irá al Senado, en donde se debatirá en el primer Pleno del año de la Cámara Alta, el próximo 18 de enero.
CiU ya anunció que votaría en contra de la Ley, tras no llegar a un acuerdo "global" sobre su contenido con el PSOE, aseguró este martes el portavoz del grupo catalán Josep Sánchez Llibre.
Tras el debate en la Comisión de Economía del Congreso, CiUratificó su oposición a toda la ley y confió en el trámite en el Senado para alcanzar un consenso que no ha sido posible en la Cámara Baja.
"No ha sido posible configurar un pacto global sobre la ley en todas los aspectos que para CiU eran relevantes", señaló Llibre quien concretó que estaban relacionados con temas económicos, financieros, fiscales, medioambientales, educativos y energéticos.
En opinión del portavoz de CiU, la Ley de Economía Sostenible es "dispersa, confusa y muy heterodoxa y no resuelve lo fundamental, que inspire confianza para levantar la economía española".
Sin los nacionalistas catalanes, y habida cuenta del rechazo del PP, PNV y ERC-IU-ICV, era difícil que la llamada 'Ley Sinde' pasara el examen de la Comisión de Economía del Congreso.
Fuente: ElMundo.es
1884
En el año 1848 se hizo una película futurista ambientada en un 1884 alternativo que será presentada para el asombro de todo el mundo, donde se presentará una Europa totalmente en guerra, con coches voladores y el hombre llegando a la luna.
4 minutos de este futuro fiilm, a modo de "trailer largo", fueron presentados en un congreso de efectos especiales en Paris. Estos son esos 4 minutos que os dejamos para que deís un vistazo.
Red Riding Hood
Camelot
lunes, 20 de diciembre de 2010
PLAYBOY SE RINDE A TRON
¿INDIANA JONES, ASESINADO EN LA PRÓXIMA AVENTURA…?
Según unas declaraciones del propio Harrison Ford, “pienso que sería bueno para Indy que muriese en la próxima película y pasase el sombrero a su hijo”, para así, darle el protagonismo para futuras aventuras.
George Lucas se resiste a la idea de Harrison y de Spielberg, pero lo está considerando. Curiosamente Harrison quería lo mismo para Han Solo en Star Wars, pero George se negó rotundamente.
Veremos a ver en que queda este jugoso rumor sobre Indy.