Irresistiblemente brutal y delirante producción de Dario Argento y dirigida por Lamberto Bava, hijo de Mario Bava, que mezcla el género zombie con elementos de “Posesión Infernal”, a la vez que nos sorprende con un juego entre cine y realidad.
La historia nos traslada al interior de una sala de cine en la que están pasando un film de terror, sobre un grupo de jóvenes que desencadenan la maldición de los demonios sobre la Tierra, y como era de esperar, la maldición se cumple realmente sobre los espectadores que la presencia. Estos, comienzan a convertirse en grimosos demonios cuyas mordeduras convierten a su vez en monstruos al que las sufre.
Con música del más duro Heavy Metal, mucho splatter, sangre, gore, babas, descuartizamientos y hasta si me apuráis, litros de blandiblub, es lo que nos encontraremos de la mano del maestro italiano de los FX, Rosario Prestopino.
En conclusión, un “Supergore” italiano que podría llegar a indignar a todo aficionado serio al terror, pero que nos llena de regocijo a los más seguidores del gore y de la casquería.
Le seguiría dos secuelas, de las cuales la segunda mucho más floja pero muy divertida. Y una tercera parte titulada “Demonios Negros”, que realmente no tiene nada que ver con la historia, de hecho el film, paso casi inadvertido.
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